Marc, su vida y sus palabras, a raíz del cáncer que le diagnosticaron, han inspirado la creación de este blog. Este es un espacio para compartir testimonios, lecturas, reflexiones y comentarios entorno a la vida y la muerte, la esperanza, la enfermedad, los duelos, las oportunidades… que puedan servir de consuelo, aliento y estímulo.
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Algo sobre ellos

septiembre 9th, 2014 | Posted by adminblog in Uncategorized

Tengo una amiga y un familiar que siguen proceso de quimioterapia. La amiga es una amiga del alma desde la infancia. El familiar es un hombre joven al que he visto nacer y crecer. La amiga entró en una orden religiosa, donde ha ocupado importantes cargos, a los dieciocho años y ahora se aproxima a los setenta. El familiar es ingeniero industrial, soltero, ha recorrido el mundo, tiene un sinfín de amigos y cumplió cuarenta hace poco. La amiga, no hace falta señalarlo, es profundamente creyente. El familiar es un hombre de alta capacidad intelectual que no fue educado en la religión; es también un gran lector que ha recorrido los escritos espirituales y filosóficos más importantes.

Hablo con mi amiga. Me dice que se negó durante un tiempo a aceptar su mal a pesar de que los médicos se lo comunicaron con claridad desde el primer momento. No admitía la palabra tumor maligno, era como si no la oyera. El familiar, por lo que se a través de otros, se negó, después de una dolorosa operación, a recibir tratamiento y optó por la medicina alternativa. Los dos han terminado igual: quimio va y quimio viene. Los dos se niegan a pronunciar la palabra terrible. Los dos mantienen la esperanza de vivir. Mi amiga sigue su camino de entrega a los demás y su fe es inalterable. El familiar soporta con dignidad la terrible situación. Ella, serena y tranquila, tiene a Dios. Él intenta encontrar algo, un camino espiritual quizás; hace poco decía: el único hombre bueno en la Historia de la humanidad ha sido Jesús, solo se enfadó una vez, cuando echó a los mercaderes del templo.

Les recuerdo cada día. Sufro su sufrimiento. No hay consuelo, ni esperanza. Como siempre, solo queda el amor.
María Teresa Gallego Martínez

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3 Comentarios

  • Joseba Mirena Bakaikoa Escala says:

    Es lo único que al comienzo, en el camino y al final de nuestra vida tiene el peso necesario para mantenernos en una acogida de la realidad concreta en que nos toca vivir. Así que, deseo y espero que puedas darle contenido a ese amor que el Señor te entrega para que le des continuidad, en este caso con las dos personas concretas de las que hablas. Como decimos en Euskadi «aurrera beti, amore eman gabe» (siempre adelante, sin desfallecer). Te envío un fuerte abrazo desde Bilbao.

  • Marià Moreno says:

    El texto conocido como «Mantram de la Unificación», formula en su cuarto ruego «Que el dolor traiga la debida recompensa de luz y amor» ¿Podemos esperar realmente que el dolor sea compensado con luz y amor? Quizás resulte excesivo para nuestra condición humana mantener tal esperanza. Sin embargo ¿Qué otro sentido puede tener el dolor? Nuestra fe nos dice a cada paso que la vida sí tiene sentido, que nuestro caminar en esta tierra no es azaroso ni fruto de ninguna casualidad. Entonces, no podemos entregar el dolor al sin sentido, también debe tenerlo. Y este dolor desgarrador, atroz, que relatan las palabras de María Teresa, que nos llega y nos toca. Este dolor representa un polo, un extremo, que no puede ser compensando más que por el otro polo, el otro extremo, con la luz y el amor. No es elegir tener fe, es elegir que la vida sí tiene sentido, que en ella todo lo tiene.

  • Yolanda Gimenez Froiz says:

    «Él esperó contra toda esperanza» (Romanos 4, 18)
    Cuando solo quedo eso, quizás el único bálsamo sea dejarse acaricirar por las palabras inefables que el poeta nos regala:

    No te rindas
    No te rindas, aun estás a tiempo
    de alcanzar y comenzar de nuevo,
    aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
    liberar el lastre, retomar el vuelo.

    No te rindas que la vida es eso,
    continuar el viaje,
    perseguir tus sueños,
    destrabar el tiempo,
    correr los escombros y destapar el cielo.

    No te rindas, por favor no cedas,
    aunque el frío queme,
    aunque el miedo muerda,
    aunque el sol se esconda y se calle el viento,
    aún hay fuego en tu alma,
    aún hay vida en tus sueños,
    porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
    porque lo has querido y porque te quiero.

    Porque existe el vino y el amor, es cierto,
    porque no hay heridas que no cure el tiempo,
    abrir las puertas, quitar los cerrojos,
    abandonar las murallas que te protegieron.

    Vivir la vida y aceptar el reto,
    recuperar la risa, ensayar el canto,
    bajar la guardia y extender las manos,
    desplegar las alas e intentar de nuevo,
    celebrar la vida y retomar los cielos.

    No te rindas, por favor no cedas,
    aunque el frío queme,
    aunque el miedo muerda,
    aunque el sol se ponga y se calle el viento,
    aún hay fuego en tu alma,
    aún hay vida en tus sueños,
    porque cada día es un comienzo,
    porque ésta es la hora y el mejor momento,
    porque no estás sola,
    porque yo te quiero.
    Mario Benedetti



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