Marc, su vida y sus palabras, a raíz del cáncer que le diagnosticaron, han inspirado la creación de este blog. Este es un espacio para compartir testimonios, lecturas, reflexiones y comentarios entorno a la vida y la muerte, la esperanza, la enfermedad, los duelos, las oportunidades… que puedan servir de consuelo, aliento y estímulo.
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Marc: Reflexiones para la esperanza

Estos 3 videos de Marc recogen los sentimientos, vivencias y pensamientos que nos dejó un hombre normal. Cada video corresponde a una etapa de su propio proceso (“Vivir con Sentido”; “Convivir con la enfermedad” y “Afrontar la muerte con esperanza”). Es esa humanidad tan normal de Marc, la que hace que sus palabras puedan ayudar a cualquier persona.

25 Comentarios

  • Pedro J. says:

    Después de visionar los vídeos de Marc, tengo la sensación de que la forma de vida que llevo es un regalo. Las pequeñas dolencias desaparecen cuando veo y escucho a este joven, que, en su mejor momento vital, tiene que apearse de este tren que llamamos vida. Pero además de pensar egoístamente: ¡qué suerte a mi no me ha tocado!, todavía…, la forma en la que Marc se enfrenta a la enfermedad y a la muerte, alienta en mí confianza en la vida y también en su ineludible final: la muerte. Así, me enseña Marc que vivir la enfermedad como algo ajeno a nuestro yo más profundo sólo es posible, sean cuales sean nuestras limitaciones, si se vive con una misión, un horizonte, un amor… Entonces nuestro cuerpo, deja de ser el valor máximo y se convierte en el soporte donde residimos. Es en ese darnos a otros de corazón, desde el altruismo y la generosidad, donde podemos encontrar la paz interior y disfrutar más de este corto período de tiempo, que un buen día, y, sin pedirlo, nos regalaron. Únicamente me resta decir: ¡gracias Marc!

  • Jaime says:

    Me quedo impactado por el relato que rezuma la sencilla humildad de sus vivencias, llenas de fortaleza, que iluminan su FE.
    ¡Que hermoso!.
    ¡QUE MARAVILLA!.

  • Ignacio says:

    Durante una parte de nuestras vidas, cuando somos muy jóvenes, vivimos pensando que el tiempo es un bien infinito, ilimitado. Raramente pensamos que algo pueda suceder que acabe con nuestra existencia y, por supuesto, no vislumbramos que la vida tenga un final. La vemos como el horizonte del mar, lejano e inacabable. Con el paso de los años el tiempo se vuelve un bien limitado, somos conscientes de su final pero seguimos sin verlo. Sólo, cuando nuestra edad avanza, cuando los años y las vivencias se acumulan, o, cuando las enfermedades van robándonos a los que tenemos cerca o en el corazón, nos damos cuenta de que la vida, como la conocemos, y el tiempo, de la forma que lo medimos, son un bien escaso. En este sentido, es sorprendente ver como algunas personas afrontan una situación de enfermedad terminal con tanta entereza, con un tono tan sereno, con la fortaleza para aprovechar ese bien escaso en el que de pronto se transforma el tiempo y, dejan un legado y un mensaje para los que se quedan. No me cabe la menor duda de que las personas como Marc aprovechan hasta el último minuto. Es una gran enseñanza.

  • Blanca says:

    Hace un mes murió una compañera muy querida. A diferencia de Marc era ya mayor. Como él, tuvo que sufrir estar enferma y sentir el miedo y la inutilidad aparente de su vida.
    Cuando estaba en plena actividad y entrega, escribió: «Tenemos que aprender el modo paciente y humilde del hacer de Jesús. Es la actitud más eficaz para el Reino».
    Me impresiona lo que dice Marc en este sentido. Lo que realmente le «salvó» de su miedo a la muerte, de su sufrimiento, fue salir de sí mismo, abandonarse y apoyarse en el pecho de Jesús Crucificado».
    ¿Será que el abandono confiado a Dios es la manera más real de hacer Reino?

  • Josep says:

    Testimonio de vida o mejor «lección» de vida de Marc. Su fuerza interior me ha dejado una fuerte impresión que me acompañará espero que mucho tiempo. Por mi parte haré difusión del vídeo a cuanta más gente mejor. Jesús no solo nos acompaña al final de nuestra vida sino a lo largo de ella. Testimonios como el de Marc nos ayudan a recordar que no estamos sólos nunca. Marc describe y analiza todo el proceso de su enfermedad: sus pensamientos, su relación con los cuidadores, sus «duelos». Su relato es creible, es humano y poco a poco te va acercando a Dios, al misterio de la vida: terrenal y espiritual. Marc si estás en los cielos, seguro que somos imagen y semejanza.

    • Rebeca says:

      Josep: hay un tramo mas en la enfermedad de Marc, que no describen sus vídeos. Ya sin alguna esperanza en la curación del cáncer, su trayecto hasta la muerte. Momentos conscientes en los que sabes que Dios te quiere junto a El y, en lo que, desde la soledad del mundo, sólo te sostiene la confianza de creer que ése no es el final de un largo e incierto camino, que se inició en tu nacimiento.
      Yo acompañé a mi madre en ese trance y realmente comprobé que sus alforjas estaban tan llenas de Dios, que no sólo le sirvieron a ella, sino que inundó mi vida de vida y amor hasta el final.

  • Maika says:

    Conocí a Marc en las Pascuas jóvenes de Raimat. ¡Qué gran persona! ¡Cuánta vida comunicaba! ¡Qué fe más profunda contagiaba!!. ¡Cuánta rabia sentimos cuando vimos que la cosa no iba bien, con un final que no queríamos!.
    Al mismo tiempo que Marc, mi mejor amiga de 47 años, Elisenda, estaba viviendo similar proceso. Era alguien muy especial: la mejor compañera de trabajo, la mejor maestra, la mejor amiga, la mejor madre…

    Quiero compartir unos fragmentos de algunos de sus mails convencida de que pueden ayudar a otros y, como los videos de Marc, ayudarnos a vivir y dar sentido a las contrariedades que nos toca afrontar en el caminar de la vida :

    "Ahora, dentro de un rato me voy a la quimio. La Sala de quimio del Hospital de día es un lugar muy especial, bien…acaba siendo especial después de tantos meses. Poco a poco deja de ser un lugar terrible que da miedo y lo miras con ojos amistosos…al fin y al cabo es un lugar que «salva». Cuando me siento en la silla verde que se reclina, pienso en las personas que se han sentado antes y en las que se ha sentarán después…Antes no venga la enfermera con todos los goteros, sueros, y agujas, y mientras hace los preparativos y se pone los guantes con aquella especie de ritual que hace inconscientemente…, yo lentamente respiro, y pido profundamente que el tratamiento de este día me cure un poco, y, que todos los malestares que sé que vendrán detrás sirvan para aliviar los dolores de tanta gente…y, sin que nadie me oiga, voy mirando a los que tengo al lado, uno a uno,, los miro y les digo a ellos también en silencio: «tranquilo, que te pondrás bien»…y eso me tranquiliza a mí porque llena de sentido estos momentos…También doy gracias porque la gente que quiero tiene salud y pido que la conserven por mucho tiempo.

    La Sala de quimio es un lugar sagrado…estoy segura.
    Que tengas un día muy bonito. Hace un sol de invierno precioso…"

    "Una vez pasados ​​unos días de la quimio, ya me encuentro bastante mejor, en todos los sentidos. Me replanteo la vida ( y la muerte) a fondo, muy a fondo,, y, esto no quiere decir que me rinda ni me abandone, todo lo contrario. Es una especie de exploración dentro de mí, una búsqueda de mi yo más allá de un cuerpo de carne y hueso. Buscar «la esencia», es mi objetivo, que a veces, en algunos momentos concretos, me ha parecido incluso «emocionante»…a pesar de todo. Gracias por tu oración».

  • Esteban y Maria Angeles says:

    ¡Marc! has sido muy valiente y nos dejas tu ejemplo vivo para siempre. Ofreces generosamente, desde la fe, desnuda de dogmatismo, a pelo, tu vivencia del cáncer que te llevó a la muerte.

    Describes tres duelos:

    El de saber que tenías una enfermedad grave, potencialmente mortal o lo que es lo mismo, vivir tu “primera experiencia de Dios desde la indigencia”, sin medios, sin control…
    El de superar la visión ajena sobre tu grave enfermedad: Tu rechazo al entorno inmediato pues recibes conmiseración y lástima. El que sufre no quiere provocar pena, porque la pena del otro, la del cuidador, agrava su sufrimiento.

    Y, por último, el de atender a la posibilidad de recaída. Era algo que sabías que podía pasar, pero es verdad que la buena respuesta a la quimio te permitía atisbar una débil esperanza. Describes un sentimiento de prórroga que asumes como tiempo para la conversión y el agradecimiento. De nuevo, el Espíritu aletea a tu alrededor.

    La Puerta de la Sala de la Quimio era lo desconocido, la entrada en lo tenebroso, pero tu fe la transformó en la capilla del Santísimo. El paralelismo entre tu viaje hacia la muerte y el camino de Jesús hasta Jerusalén es enorme.

    ¡Marc!: en nombre de los que sufren una enfermedad incurable, ayúdanos desde el Cielo a acompañar a nuestros enfermos con honestidad, sin lástima ni cuento, con la generosidad más honda que tengamos. Diciendo poca cosa, pero siempre desde la cercanía, la mirada cariñosa y la fraternidad. ¡Gracias, Marc! por vivir a tope y por dar tanta vida a los que aún estamos aquí…

    Médicos y aprendices de cristianos

  • Alexis says:

    Miguel Angel y todos los que os habéis lanzado con este proyecto: GRACIAS!!!! Y adelante: cuánto necesitamos ayudarnos unos a otros en el camino de la vida: con fe, con ejemplos, con cariño, con solidaridad… que Dios os bendiga!

  • Después de años de acompañar a personas enfermas y terminales, creyentes y no creyentes, el testimonio del Marc me impacta profundamente. ¡Qué madurez humana y espiritual en una persona tan joven! ¡Qué profundidad en su experiencia vital!! Recomiendo vivamente estos vídeos y felicito la iniciativa de divulgarlos.

  • Marina Adillon says:

    Es conmovedor ver cómo, con la enfermedad, Marc convierte su sufrimiento en donación y nos explica que, de la misma manera que nosotros vamos dando la vida a medida que vivimos, podemos irla dando también si estamos enfermos. Su vivencia, edificante aunque no lo pretendiera, nos puede acompañar ante la enfermedad o frente a la vejez. Gracias por haber hecho este bloque!!!

  • Eva says:

    ¡Qué bonita iniciativa!. Es admirable la entereza, generosidad y sabiduría de Marc. Sus palabras son una lección de vida para todos. En especial recuerdo estos días a mi amiga Mariona, una mujer formidable que se fue demasiado pronto. Estoy segura de que haber escuchado a Marc le hubiese ayudado durante sus últimos años de enfermedad.
    Gracias por compartir este mensaje

  • Jose Luis says:

    Cada persona frente a la enfermedad grave y la posibilidad de la muerte tiene una oportunidad de redirigir la vida que aún tiene y encontrar el sentido último. Marc da un testimonio de serenidad, consciente de la incertidumbre del futuro, que, sin duda será muy útil para quien viva experiencias similares. En este periodo de la vida, cuando se produce una ruptura biográfica, cuando todo se para, cuando el sufrimiento nos avisa de que estamos perdiendo algo, de que hay algo que cambiar, podemos encerrarnos en nuestra soledad, con lo que aumenta el sufrimiento propio y hacemos sufrir a los que nos quieren, o podemos salir de nuestro dolor por amor a los que nos rodean. Esta experiencia es transformante porque la vida recobra un sentido pues estamos hechos para darnos. Gracias por compartirlo.

  • Mamen says:

    Marc, reflexiones para la esperanza, pero en especial reflexiones para la VIDA!! ¡Cuantas claves en su testimonio!. Nos comenta que la enfermedad no mata, sino que mata el encerrarse en uno mismo y nos cura el salir de uno mismo, de nuestro egocentrismo. ¡Que gran verdad! Nos dice que la vida es una prórroga, un tiempo de regalo, para el agradecimiento. ¡Cuantas veces no nos damos cuenta de ello!.
    Nos dice que la enfermedad (yo añado, la vida), es incertidumbre, en tantas ocasiones de difícil manejo. Marc nos da la clave, vive la incertidumbre de manera positiva. Soy médico, trabajo en un Hospital pediátrico y no me canso de ver un video que realizaron en el Hospital los niños de la planta de hemato-oncología. Mi parte favorita es cuando cantan » si puedo elegir, elijo me levanto» ante la incertidumbre, siempre optar por la esperanza y la sonrisa. Gracias por la iniciativa y os dejo el link del video que comentaba
    http://m.youtube.com/watch?v=8WATgU5PduE

  • JAIME says:

    Perder la vida, liberar una existencia , cultivar un amistad, sanar una esperanza.
    Despues ya pueden desaparecer disfrutando su estreno por caminos inéditos sin dejar dirección.
    Perder la vida, como el que apuesta un jornal con su cansancio o la fortuna heredada.
    Gira la ruleta, trucada por los amos que controlan el casino y deciden que nuestro número no cabe en este tablero.
    Se roban nuestro esfuerzo y nos dejan entre las manos un billete sin premio.
    Los seres nuevos, la entrega de los dias, la apuesta audaz…nacen de vidas tan perdidas a si mismas
    que el Espíritu de todos las esconde en su misterio como en papel de regalo,
    para abrirlas entre el pueblo el día de la fiesta sin ocaso. Benjamín González Buelta,SJ

  • Sandra says:

    «La desesperanza se basa en lo que sabemos que es muy poco, la esperanza en lo que no sabemos que es infinito». Hay que apostar seriamente por vivir la vida como una aventura incierta, con la esperanza de que lo que no sabemos, nos sea favorable. La muerte es la forma de llamar a algo que desconocemos. Según sea nuestra vida de abierta, a ese misterio responderemos con «incertidumbres» positivas o con «seguridades» negativas. Somos libres ante el misterio de elegir vivir desterrados en la seguridad de lo poco que vemos, o de aceptar el milagro de la vida, agradeciendo todo lo bueno que sintamos, como si fuera un anticipo del mas allá.

  • Es realmente un don poder escuchar a Marc y compartir su experiencia ante su enfermedad, y, más ahora, que lo tenemos ya en el Cielo. Es un testimonio sincero, realista, concreto, todo él impregnado de una espiritualidad encarnada y profunda. Infunde esperanza, desde aquel sano realismo cristiano, que no huye de la cruz, sino que opta voluntariamente por llevarla a cuestas siguiendo el ejemplo de Cristo, que la ha llenado de sentido....

    Deseo de todo corazón que el camino que ha recorrido Marc pueda continuar iluminando a muchas personas en situaciones graves de enfermedad y también a quienes están cerca.
    ¡Enhorabuena por la iniciativa de darlo a conocer!!

  • José Ignacio says:

    He visionado varias veces los testimonios de Marc y me han impactado. ¡Qué espíritu y que fuerza interior!.
    Se trasluce una vida muy centrada, en la que la radical opción de servicio a los demás estaba realizada.
    Normalmente se asume la muerte con similar estilo al que se ha asumido la vida. Seria, así, muy útil que quienes tuvisteis la suerte de tratarle nos contarais actuaciones y dichos suyos, pues sin duda nos van a ayudar a mejorar nuestras medianías, para servir más y mejor.
    Gracias a los que habéis creado la página que es servir con un efecto multiplicador. Gracias

  • Borja says:

    Fue un auténtico placer compartir momentos con esta persona tan admirable. Tuve la enorme suerte de tenerlo como profesor; El valor de aquellas clases o de sus consejos y la imagen viva de Marc, es un regalo enorme que nos ha dejado a todos nosotros.

    Gracias a él nos damos cuenta de que todavía nos queda mucho por aprender de esta vida. Una vida que injustamente puede concluir cuando menos nos lo esperamos. Demostró en todo momento una valentía más que admirable, y luchó hasta el último momento.

    Gracias por contagiarnos esta ilusión y ganas de vivir, siempre estaremos en deuda contigo, Marc!

    Finalmente, agradecer esta preciosa iniciativa para mantener más vivo, si cabe, tu recuerdo.

    ¡Te enviamos un enorme abrazo, nunca te olvidaremos!

    Borja

  • Victoria says:

    Normalmente no suelo sacar nada en claro de mucha
    información que hay por internet, pero he de decir que
    esta noticia me ha sorprendido mucho, felicidades.

  • Elisa says:

    No había visionado el mensaje de este gran jesuita. Considerando la vida terrenal como una parte más de nuestra existencia eterna, creyendo que el Padre esta esperando nuestra llegada para VIVIR con mayúsculas, y sabiendo que podemos empezar a construir aquí el Reino, estamos más preparados para realizar el viaje que Marc afrontó.

  • Jordi says:

    Encontraba a Dios cuando me abría a los otros. Mi dolor, se transforma, dentro de mi, en vergüenza. La enfermedad me saca del rebaño, y allí estaba bien calentito. Ahora ya no soy espectador, sino que estoy de protagonista de mi último acto. Aquel Dios que encontraba en los otros, en los pequeños, en los enfermos, en los pobres, ahora lo he de encontrar en mi, porque yo soy el pequeño, el enfermo, el pobre…
    El miedo me paraliza, ¡tanta fe!, ¡tanta confianza en caer en sus brazos amorosos!, ¿donde se ha ido?
    Asumir como propia la Cruz de Cristo, dejarse crucificar…
    Sólo sabemos si somos o no somos cristianos, cuando podemos gritar: ¡Padre! ¿Porque me has abandonado?

    • miguel angel moll says:

      Subimos a Dios cuando bajamos a nuestra propia realidad, o dicho de otra manera: el que se humilla sera ensalzado.
      En la medida en que encontramos valor para descender a nuestras propias pasiones, en esa misma medida, ellas nos elevan a Dios.

  • Rodrigo says:

    Jordi; ahora he entendido bien tu reflexión. Sólo cuando le toca a uno mismo «pasar por el aro» es cuando te das cuenta de tanto cuento, y tanta pose. Con el cáncer de mi mujer, y todo su entorno grito con Jesús: Padre??? ¿Porque nos has abandonado?
    No quiero ser crucificado, no quiero sufrir, sólo quiero disfrutar, crear, ayudar. Y solo estoy solo. Pero vuelven y se van una y otra vez sus brazos amorosos. Algo me quiere decir…



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